En los últimos años han irrumpido en nuestras vidas términos como Lean, Agile, Scrum o Kanban. Son nuevas metodologías basadas en la interacción cuyo objetivo es agilizar y reducir la incertidumbre durante el desarrollo de los procesos.
Los orígenes de la metodología Lean se encuentran en la empresa japonesa Toyota, que buscaba reducir al máximo los ‘desperdicios’ generados en los procesos de producción. Pero el término como tal surge en 2008, cuando Eric Ries, emprendedor de Silicon Valley, publica en su blog el artículo “The lean startup”, recogiendo los principios de Toyota y llevándolos al mundo del emprendimiento, sentando, así, las bases de una nueva metodología que ha triunfado a nivel global.
En líneas generales, la metodología Lean se basa en reducir al máximo la incertidumbre a la hora de crear una startup. ¿Cómo? Planteando la empresa como un experimento científico. La hipótesis es que el producto puede generar un negocio en torno a él, y la metodología es trocear esa hipótesis en subhipótesis que puedan ser validadas rápidamente (pivotando cuando sea necesario), reduciendo, de esta forma, las probabilidades de fracasar.
Aunque a priori no haya una relación evidente entre una startup y un proyecto de UX, lo cierto es que ambos parten de entornos de alta incertidumbre. Jeff Gothelf define Lean UX en su libro homónimo como “la práctica de sacar más rápido a la luz la verdadera naturaleza de un producto, en un modo colaborativo y multidisciplinar, con menos énfasis en los entregables y mayor foco en el entendimiento compartido de la experiencia real que se está diseñando”.
La aplicación de la metodología Lean a la Experiencia de Usuario se traduce en:
- Potenciar el trabajo colaborativo. La metodología Lean intenta reducir el volumen de los entregables en favor de un trabajo conjunto con el cliente. El UX juega un rol fundamental en este punto, pues en muchas ocasiones se convierte en el nexo entre lo que trasladan los usuarios potenciales y la organización.
- Validar hipótesis continuamente mediante prototipos y MVPs, iterando cuando sea necesario. Se trata de testar los prototipos con los usuarios en contextos lo más realistas posible para extraer la máxima cantidad de conclusiones sobre el producto, permitiendo pivotar y que éste se adecúe a las necesidades del usuario a la hora de ser lanzado como producto final.
No obstante, la principal aportación de la metodología Lean al UX son las nuevas metodologías de trabajo ágiles, que, como su propio nombre indica, aceleran los procesos a través de la iteración para reducir la incertidumbre en las entregas de productos digitales.
Lean UX y desarrollo Agile
Si nos remontamos a las primeras etapas del UX, veremos que sus procesos eran muy parecidos a los de una cadena de montaje: modelos secuenciales o en cascada en los que las actividades no podían ser replanteadas una vez terminadas. El principal inconveniente de estos modelos es que, en la práctica, resulta complicado poder cerrar una fase de forma adecuada sin tener la posibilidad de volver atrás. De hecho, lo más habitual es que los requisitos de un proyecto software sean cambiantes.
Para superar este obstáculo, en los años 90 aparecieron nuevas prácticas de desarrollo, y en el año 2001 se publicó el Manifesto for Agile Software Development, en el que se utilizó por primera vez el término Agile en el contexto del desarrollo de software.
Las dos técnicas más usadas en las metodologías ágiles son:
1. Kanban
Es la metodología más sencilla de aplicar. Se trata de visualizar rápida y fácilmente el trabajo para poder limitar el ‘work in progress’, medir y gestionar el flujo de trabajo e identificar a simple vista oportunidades de mejora o cuellos de botella en los procesos. Esta metodología se traduce en una gran tabla donde se van actualizando las tareas terminadas y por terminar, las tareas que bloquean a otras, etc. La integración de Kanban en entornos UX resulta sencilla por tres motivos:
- Porque respeta la secuencialidad del proceso de diseño (investigación, diseño y prototipado y evaluación).
- Porque permite iterar rápidamente.
- Porque puede adaptarse a cada necesidad, utilizando un tablero kanban para el equipo de UX y otro para un proyecto con un equipo completo y multidisciplina.
2. Scrum
Scrum es una metodología algo más costosa de implantar, ya que utiliza una terminología propia y muy específica que requiere cierta formación por parte del equipo. Se basa en conceptos como:
‘Sprint’: es una fase de iteración que tiene un tiempo determinado (lo normal es que sean entregas).
‘Backlog’: es un listado con tareas a realizar en un sprint en orden de prioridad.
‘Daily’: son reuniones diarias donde los miembros del equipo comparten en qué fase se encuentran.
Dentro de la metodología Scrum hay personas con roles concretos: product owner, scrum master… y funciones específicas asociadas a cada uno de ellos, con el objetivo de agilizar los procesos repartiendo responsabilidades.
En resumen, la metodología Lean aplicada al UX es una forma de reducir la incertidumbre en el proceso de creación de un producto digital. Aplicando los diferentes métodos se agilizan las entregas, permitiendo pivotar y aumentando las probabilidades de acertar a la hora de lanzar el producto final.
Miembro del equipo de Experiencia de Usuario de MTP