MTP sigue avanzando hacia el objetivo de ser una empresa referente en esta materia, con impulso desde la Dirección y en los Comités de Igualdad, Ética y Compliance, así como en diferentes grupos de trabajo.
En el tercer año de vigencia del Plan de Igualdad, que recoge el compromiso de la empresa para el establecimiento de políticas que otorguen las mismas oportunidades a hombres y mujeres, las estadísticas reflejan avances en este sentido, por lo que este año nos hemos presentado para conseguir el distintivo de igualdad que otorga el Ministerio.
En concreto, hemos conseguido reducir la brecha de género en un 24% desde 2019, situándonos en un 7,9%, uno de los mejores ratios de nuestro sector; aumentar el porcentaje de mujeres dentro de la plantilla de MTP muy cerca del 60-40 que se considera igualdad y con miras en el 50-50, y realizado formación específica en materia de igualdad en varios departamentos, que próximamente se extenderá a todos los empleados de esta empresa de aseguramiento de negocios digitales.
Una encuesta interna pone de manifiesto que nuestros empleados y empleadas consideran que la igualdad en MTP es buena y positiva, lo que nos anima a trabajar por seguir mejorando año a año.
Aparte de estadísticas, que dan idea del empeño de la empresa y de los avances, queremos traer hoy al blog el testimonio directo de dos de nuestras compañeras, Laura Albarrán y Raquel Jiménez, que nos hablan de cómo llegaron al sector tecnológico, su experiencia laboral y su visión sobre diferentes aspectos relativos a la igualdad de oportunidades.
Laura Albarrán, ingeniera informática
Laura Albarrán.- La verdad es que al mundo tecnológico llegue un poco de rebote, no porque no me gustara sino porque en el momento de la elección tenía varias opciones y de lo más variopintas, pero todas relacionadas con la ciencia. Quizá porque soy muy de querer entenderlo todo y buscar una razón lógica a las cosas…
Al final me decidí por Ingeniería Informática, porque era como lo que se salía de lo típico y me encantaba el mundo de las películas de animación. Por lo que si quería dedicarme a ello, en ese momento, la única forma era pasando por Informática (o eso pensaba).
Desde el primer momento no sentí que por ser mujer fuera a ser diferente; es más, seguramente que por la educación recibida en casa -no creerme más que nadie pero tampoco menos-, ni me lo planteé. Además, en el caso de mi universidad, la mitad de mis profesores eran mujeres aunque entre alumnos, es verdad que el género masculino predominaba.
Cuando empecé en el mercado laboral tampoco me encontré con una situación de discriminación, y eso que es un entorno profesional donde no predomina la presencia femenina. Creo que al final el sitio lo hacen las personas que lo forman y ahí tengo que decir que he tenido mucha suerte. Sé que no siempre es así, por ejemplos que tengo a mi alrededor o por lo que vemos en el día a día. Espero que en unos años no tengamos que plantearnos estas cuestiones.
También creo que con el paso del tiempo se está consiguiendo que se afiance el papel de la mujer más allá de estereotipos o convicciones, y esto solo se consigue si todos, hombres y mujeres, desechamos etiquetas, luchamos contra las injusticias juntos y, sobre todo, creemos que todos podemos ser aptos para cualquier proyecto si se tiene actitud y aptitud, más allá de si somos hombres o mujeres.
Raquel Jiménez, ingeniera de telecomunicación
Raquel Jiménez.- Pues yo llegué a este mundo por convicción. Siempre me ha gustado aprender y descubrir cosas nuevas, y era algo que quería en mi vida laboral, no aburrirme. El buscar una salida profesional que me motivara y me obligara a investigar de forma casi continua era importante para mí; por eso elegí Teleco. Sonaba fenomenal, aunque todo el mundo pensara que podía arreglar televisores y que sabía de satélites. Con el paso del tiempo he visto que lo de aprender y evolucionar es algo vertiginoso en esta profesión y en el mundo actual en general. Estamos en esta situación de pandemia que nos ha obligado a evolucionar, queramos o no.
En mis años de estudios no había muchas profesoras y las chicas éramos minoría en la carrera, aunque sí es verdad que en comparación con otras ingeniarías, proporcionalmente éramos más. Durante el periodo que pasé en Inglaterra, la verdad es que el trato fue fantástico, creo que lo que viví en mis primeros años de carrera fuera de España es lo que está sucediendo en los últimos años en España, se cuida al trabajador sea del género que sea, es un valor clave para el crecimiento y desarrollo de la empresa.
Curiosamente, esperaba encontrarme más mujeres en el ámbito laboral técnico que en España. Pero no fue así, el ratio mujer/hombre era bajo. Tanto en los estudios como a lo largo de la vida laboral ese ratio no ha sido igual a 1 en ningún sentido. En MTP trabajamos día a día para ese ratio se iguale y todos y todas, en base a nuestra valía, tengamos las mismas oportunidades. La primera respuesta que me viene a la cabeza sin pensar, sobre la discriminación, es que sí, que existe; aunque decirlo hay veces que parece políticamente incorrecto; como comentaba otra compañera, esto depende mucho de las personas, y personas hay de todo tipo y de todo color.
A algunos compañeros les traslado en broma, pero en serio, que miro el periódico y el resultado de los deportes para ciertas reuniones; facilita muchas veces la conversación y ayuda a romper el hielo. Más allá de esta mera anécdota, creo que tenemos que seguir trabajando y creernos como mujeres que tenemos mucho que aportar. Nuestra forma de ver las cosas y abordar los problemas tiene un punto de vista diferente y enriquecedor en los equipos en los que trabajamos; tenemos que creer que podemos enfrentarnos a más retos… Me ha dado rabia muchas veces a lo largo de mi carrera lo precavidas o prudentes o conservadoras que somos para muchos de estos retos; tenemos que creérnoslo más, lo veo en los equipos y lo veo en las entrevistas que hago habitualmente. Las chicas, si no cumplen con uno de los requisitos que se piden, no se ven o creen que incumplen, y si tienen alguna responsabilidad familiar también lo trasladan con precaución… Afortunadamente, esto está cambiando y espero que cada vez más.
El por qué se está reduciendo el número de mujeres que estudian carreras técnicas tiene muchas causas. Sigo el grupo “Mujer e Ingeniería” en LinkedIn que es una de sus mayores preocupaciones. Personalmente pienso que la base está en la formación y en la educación, hay que saber en qué consisten las carreras técnicas y qué se puede hacer en el futuro, y qué puedes aportar como persona a la sociedad estudiando dichas carreras. Es fundamental trabajar en esta base desde que somos pequeñitas, inculcando a las niñas -hijas, sobrinas- lo que pueden aportar a nuestro futuro y al suyo, si orientan su carrera profesional a alguna de las carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas). Hay que transmitir que STEM es atractivo, divertido, que está en continuo movimiento y es beneficioso para bienestar global.
¡Feliz Día Internacional de la Mujer!