Hace unas semanas tratábamos en el blog la importancia del equipo técnico como uno de los pilares en los que se basa el trabajo con metodologías ‘agiles’. Desde MTP, empresa en la que nos dedicamos a todo lo relacionado con el aseguramiento del negocio digital (Digital Business Assurance), y en la que el área de DevOps & Agile tiene gran importancia, vamos a continuar hablando de los ‘principios ágiles’ y de nuestra experiencia en este campo.
Uno de los valores de las metodologías ágiles que genera más controversia o dificultades a la hora de aplicar es aquel que dice: “Software funcionando por encima de documentación exhaustiva”.
Se ha pasado de una forma de trabajar en la que se generaban kilómetros y kilómetros de documentación -en la que de toda reunión se realizaba un acta, en la que de cualquier modificación o cambio se escribía un documento, no para aportar un valor final al producto si no para generar una falsa seguridad o protección sobre el trabajo- a, en muchos casos, no generar nada de documentación, no dejar por escrito aquellas cosas importantes que permita trabajar con más facilidad sobre el producto. Esto hace que siga habiendo un problema, pero simplemente del signo contrario al anterior.
Un exceso de documentación genera un desperdicio, una pérdida de tiempo, y en la mayoría de las veces no está aportando un valor al producto. Una falta de documentación total genera un re-trabajo, una pérdida de tiempo y en muchas ocasiones, hace dependiente el producto de aquellas personas que trabajan en él, pues son los contenedores de la información.
Este valor indica, que lo más importante es que al final de cada sprint, lo realizado se encuentre funcionando, que de un valor real al producto en el que se trabaja, y que el software sea intuitivo y funcional, pero no indica nada de que no se deba documentar.
Documentar es importante, en la documentación se encuentra el conocimiento de ese producto, el por qué se ha escogido ese diseño, cómo se estructura… el valor de las metodologías agiles no es excluyente. El software debe estar funcionando y no debe haber una documentación exhaustiva.
LA DOCUMENTACIÓN, LA IMPRESCINDIBLE, QUE APORTE VALOR
La documentación que se debe generar debe ser la necesaria, la realmente valiosa, la imprescindible. No son necesarios ya esos documentos extensos y súper detallados que requieren de un mantenimiento constante cada vez que el producto sufre una ligera modificación, restando tiempo de trabajo en lo que realmente importa, un software funcionando.
Una buena forma a la hora de documentar con la idea de aumentar la eficacia y eficiencia de nuestro trabajo, de ser ágil, es preguntarse cada vez que realizo un documento: ¿Tiene que ser tan extenso? A quién va dirigido, ¿le aporta algo de verdad? ¿Es totalmente necesario? ¿Va a limitar las interacciones personales? Si la respuesta a estas preguntas es NO, es mejor no documentar. Si es SI, documenta.
Jaime Ursul Turleque
MTP – Scrum Master y Product Owner