Resumen
¿Tienen semejanzas los trabajos de aseguramiento de calidad de software (QA) que realiza MTP con los requerimientos de prácticas deportivas de alta dureza? Un experto en ambas materias, nuestro compañero Emilio Baeza, responsable de de MTP para el proyecto Cajamar, nos lo explica en este post.
Aunque estos campos pueden parecer completamente distintos a primera vista, ambos requieren de una combinación de habilidades técnicas, estrategias a largo plazo, disciplina y un enfoque constante en la mejora continua. A continuación, exploraremos estas similitudes en detalle.
Preparación y planificación
En los deportes de larga distancia, como el maratón o el triatlón distancia Ironman, la preparación es clave. Los atletas planifican sus entrenamientos con meses de antelación, estableciendo un calendario detallado que incluye entrenamientos específicos, períodos de descanso y nutrición adecuada. De manera similar, en los trabajos de calidad del software la planificación es fundamental. Los equipos de desarrollo y QA crean planes detallados para la creación, pruebas y despliegue del software. Estos planes incluyen hitos específicos, asignación de tareas y revisiones periódicas.
Resistencia y perseverancia
Correr largas distancias requiere resistencia física y mental. Los atletas deben perseverar ante la fatiga, el dolor y las condiciones adversas si quieren alcanzar la meta. De igual manera, en el desarrollo de software, los profesionales enfrentan numerosos desafíos técnicos y logísticos. La calidad del software no se logra de la noche a la mañana; requiere una perseverancia constante para identificar y corregir errores, mejorar el código y asegurar que el producto final cumpla con los estándares esperados.
Enfoque en la mejora continua
Los atletas de resistencia se centran en la mejora continua. Analizan sus rendimientos pasados, identifican áreas de mejora y ajustan sus entrenamientos en consecuencia. Utilizan herramientas para el incremento del rendimiento como potenciómetros, relojes inteligentes, aplicaciones de seguimiento de entrenamientos, etc. En la calidad del software, la mejora continua es igualmente crucial. Los equipos realizan revisiones, identifican fallos en el proceso de desarrollo y adoptan nuevas prácticas para evitar errores futuros. Herramientas como las métricas de calidad y las pruebas automatizadas son fundamentales para este proceso.
Disciplina y rutina
La disciplina es una característica compartida tanto por los atletas de larga distancia como por los profesionales de la calidad del software. Los corredores siguen una rutina estricta de entrenamiento diario: alimentación, descanso, etc., mientras que los desarrolladores y testers mantienen rutinas de trabajo que incluyen la revisión constante del código, la ejecución de pruebas y la documentación de los resultados. La adherencia a estas rutinas es esencial para mantener el rendimiento y la calidad.
Adaptabilidad y resiliencia
En los deportes de larga distancia, los atletas deben adaptarse a diferentes terrenos, condiciones climáticas y situaciones inesperadas. En el ámbito del software, los profesionales también deben ser adaptables. Los proyectos de software a menudo enfrentan cambios en los requisitos, descubrimiento de nuevos errores y la necesidad de adoptar nuevas tecnologías. La resiliencia y la capacidad de adaptarse rápidamente son esenciales en ambos campos.
Trabajo en equipo y colaboración
Aunque correr puede parecer una actividad solitaria, los atletas a menudo cuentan con el apoyo de un equipo que incluye entrenadores, nutricionistas y fisioterapeutas. En la calidad del software, el trabajo en equipo y la colaboración son igualmente importantes. Desarrolladores, testers, gerentes de proyecto y otros stakeholders trabajan juntos para asegurar que el producto final sea robusto y de alta calidad. La comunicación efectiva y la colaboración son fundamentales para el éxito en ambos ámbitos.
Conclusión
Como hemos podido comprobar, las similitudes entre los deportes de larga distancia y los trabajos de calidad del software resaltan la importancia de la planificación, la resistencia, la mejora continua, la disciplina, la adaptabilidad y la colaboración. Ambas disciplinas requieren una mentalidad orientada al largo plazo y una dedicación constante para superar los desafíos y alcanzar los objetivos establecidos. Al comprender estas similitudes, los profesionales de ambos campos pueden aprender valiosas lecciones que pueden aplicarse para mejorar su rendimiento y resultados.