En la serie de artículos sobre metodologías ‘ágiles’ que venimos publicando, desde nuestra experiencia como empresa dedicada al aseguramiento de negocios digitales (Digital Business Assurance, DBA) y con un departamento específico de DevOps & Agile, hemos tratado sobre la importancia del equipo técnico y la necesidad de una documentación en la medida adecuada a cada proyecto. Abordamos desde MTP este tercer contenido sobre principios ‘ágiles’ hablando sobre la respuesta al cambio.
Todos hemos vivido experiencias que nos han obligado a realizar ciertos cambios sobre el plan inicial que teníamos. Todos hemos ido al supermercado y ya no quedaba la marca de leche que queríamos comprar. Hemos aceptado este hecho, y hemos ajustado nuestro plan, comprando otra marca. Hemos realizado un cambio en nuestro plan inicial.
Actualmente vivimos en una sociedad con tendencia al cambio, lo de ayer ya no vale hoy. El software no es ajeno a esto. Al igual que en nuestra visita al supermercado, tenemos que contar con esa capacidad para el cambio, para adaptarnos a la nueva situación.
LA RESPUESTA AL CAMBIO, UNO DE LOS VALORES DEL SCRUM
La respuesta al cambio, por encima del seguimiento de un plan, es uno de los valores del Scrum. Los proyectos predictivos son más rígidos a la hora de adaptarse un cambio, confían plenamente en el plan establecido y suelen acabar más tarde.
El poder ir adaptando nuestro desarrollo a las necesidades nuevas que solicita el cliente, a las nuevas tendencias de tecnologías que surgen, al producto generado por la competencia, etc, hace que nuestro producto tenga un mejor impacto en el mercado, y que finalice su desarrollo con anterioridad.
Esto no indica que no se deba realizar una planificación: no debemos caer en el mito de que en Scrum se realizan las cosas sin seguir un plan. No, en Scrum se planifica y se replanifica, pero se realiza de manera diferente.
Para poder tener una mejor respuesta al cambio, en Scrum se planifica para tiempos más cercanos. Y se replanifica para poder ir incluyendo variaciones en nuestro día a día. Para poder realizar esto hay que apoyarse en las propias herramientas con las que cuenta, sus ceremonias, sus métricas, en los comentarios del cliente…
En el sprint planning se planifica el próximo sprint y las tareas a ejecutar en él. Esta hoja de ruta se verá replanificada a diario en la daily meeting. Con cada retro y demo, se ve afectada la planificación inicial ajustándola a lo que queremos conseguir en cada momento. La lectura de la velocidad del equipo hace que se replanifique el alcance. Todo con el objetivo de ajustarse a las necesidades con éxito en cada momento.
La adaptación al cambio no es algo sencillo de realizar. Hay que dejar de lado todos los miedos, todas las incertidumbres e inseguridades que se tienen para poder realizarlo con éxito. Ese es el primer cambio que hay que hacer.
Jaime Ursul
Scrum Master en MTP