El 31 de enero es el aniversario del nacimiento en Holanda de un científico de la computación, Guido van Rossum. Quizá este nombre no sea muy conocido fuera de su ámbito profesional, pero si hablamos del lenguaje Python quizá suene mucho más. A finales de los años 80, este científico trabajaba en un proyecto al que nombró como Python, como homenaje al conocido grupo de humoristas (Monty Python), del que van Rossum era un gran seguidor. En poco tiempo, este lenguaje de programación ha adquirido gran popularidad, situándose como uno de los más utilizados, especialmente para ciertas aplicaciones.
¿Y en qué consiste Python? Se trata de un lenguaje de programación multiparadigma (soporta orientación a objetos, programación funcional y programación imperativa), de código abierto, cuyo principal objetivo es la legibilidad. Para lograrlo, se basa en una sintaxis sencilla que facilita su implementación. Hablamos en este sentido de un lenguaje de programación interpretado de tipado dinámico, que no requiere ser preprocesado por un compilador para su ejecución y que permite detectar errores en el propio tiempo de ejecución. Finalmente, otra de sus ventajas es que es multiplataforma.
Al utilizarse Python, hay muchas tareas comunes que no hay que programar desde cero, ya que existen librerías, datos y funciones incorporadas en el propio lenguaje que facilitan el desarrollo.
Como indicábamos anteriormente, Python se ha convertido en un lenguaje preferido por muchos desarrolladores de tecnologías como la Inteligencia Artificial (AI) y Machine Learning, Big Data, Data Science, frameworks de pruebas y para desarrollos web.
Python, adecuado para desarrollos de testing
Una de las aplicaciones para las que Python ha demostrado ser muy útil, y que nos toca muy de cerca por nuestra actividad en MTP en todas las áreas de Digital Business Assurance, es el testing. Gracias a este lenguaje de programación, muchas tareas complejas se convierten en otras más simples y rápidas, gracias a los frameworks integrados que ayudan a depurar el código. Además, cuenta con herramientas de testing y admite pruebas entre diferentes navegadores y plataformas.
Para aplicaciones de datos, sus bibliotecas son básicas a la hora resumir en poca extensión de código las funciones más complejas. Y en desarrollos web, los prototipos elaborados con menos líneas de código, además de crearse con mayor rapidez y eficiencia, se suelen traducir en aplicaciones más estables y seguras, con una buena calidad de software.
En conclusión, Python es un lenguaje que conviene dominar, especialmente por todo aquel programador que quiera crecer en su carrera profesional dentro de importantes proyectos cuyas tecnologías de base encuentran en esta forma de programar una gran posibilidad de crecimiento.