Las aplicaciones móviles tienen cada vez más peso en la actividad de todo tipo de organizaciones.
Los dos grandes objetivos que cada empresa deber marcarse a la hora de desarrollar sus aplicaciones móviles tienen que ver con la obtención de una conversión en ventas y con la mejora de la reputación de marca.
Son objetivos de los que, en gran medida, dependerá la evolución del negocio, por lo que siempre será muy importante asegurarse de que la aplicación está perfectamente construida. Si no es así, el esfuerzo destinado a su desarrollo no habrá servido de nada.
¿Cómo saber si nuestra aplicación va a ser capaz de alcanzar esos objetivos?
- Está pensada para todos los dispositivos y sistemas. Una aplicación móvil debidamente construida y de calidad debe funcionar correctamente en todos los dispositivos móviles y bajo todos los sistemas operativos existentes en el mercado. Si no es así, no sirve.
- Es sencilla. Si el usuario percibe que una aplicación móvil le resulta complicada cuando la utiliza, le retrasa y no puede cubrir sus necesidades en el tiempo y forma que espera, la abandonará por otra que sí lo haga.
- Es intuitiva. El flujo de comunicación entre la aplicación y el usuario debe establecerse de forma natural y lógica.
- Es segura. La aplicación debe ser capaz de mantener la confidencialidad de los datos privados y de reconocer al usuario, verificando que es quien dice ser.
- Es funcional. Debe estar libre de errores, ser rápida en su ejecución, no consumir mucha batería…
- Es global. Debe prestar atención a los caracteres especiales de escritura de los diferentes idiomas, las monedas de cada país, los formatos de códigos postales, fechas, direcciones, números de teléfono… a fin de que puedan visualizarse correctamente de acuerdo con la zona geográfica en la que se encuentre el usuario.
Raquel Jiménez
Directora del Área de DevOps & Agile de MTP